
Uno no es 24 horas sensei para soportar estoicamente los avatares de ser quien uno es, así que se permite ciertas licencias en la remada entre el ideal y el real.
Hay que cuidarse, nunca perder de vista al enemigo, porque a veces viene disfrazado de moralina social, de etiqueteo condenatorio, de rasgueo de guitarra o de las propias debilidades que brotan en cubierta en la tormenta de seguir adelante con los sueños, pese a tener la marejada de proa.
Mientras tanto, escucho consejos, pero no pintados de color "que dirán?"
1 comentario:
hacete unas piletas olimpicas justo ahi, entre el quincho y el ultimo hoyo de fugolf.
Publicar un comentario