viernes, 11 de mayo de 2007

Pequeñas novedades del quehacer cotidiano

Como sabeis, me cuesta dormir de 5 a 7, pero disfruto las horas de la mañana ensobrado hasta la barbilla. Me levanto, ruedo hacia el baño, le doy de tomar al inodoro y frente al espejo evalúo los trabajos sanitarios mínimos para estar apenas presentable. Baño casi diario (si no me bañe la noche anterior seguro), cepillada dental obligatoria, afeitada escasa y un isopo que me hace cosquilla adentro del cerebro.
La vestimenta es casi un uniforme, el pantalón de turno, calzoncillo nuevo después de la toalla, medias, zapas y remera de guerra.
Depende del día, a veces me toca el monitor y otras veces los árboles. Ahora que llega el invierno salir a la mañana es casi pecado, pero si no queda otra escucho alternadamente la rock&pop o la metro, depende de quien no esté ensuciandome los oídos con basura publicitaria.
El auto es una petit oficina. Tengo las biromes, mi carpetita, mi mochila con los dos celulares, la laptop, la palmeta, cargador de satelite de bolonio y los seis manojos de llaves.
En cambio si me quedo en casa, es habitual verme contestar los primeros mails, atajar los primeros llamados, o ponerle el pecho a mi amo de casa en remera y bolas o en toalla y espalda, más de dos prendas de vestir en el mismo cuerpo no da.
Si me fui, estoy por allá, atras siempre de algún tropiezo de coordinación, poniéndole la curita a la rueda pinchada. Desde acá hago torre de control de tráfico aereo de mosquitos, haciendo que cada papel se presente en la ventanilla apropiada o sacándole punta a las celdas y muñones.
Trato de almorzar razonable. En algunas épocas me da por comer a toda hora cualquier cosa, a veces me olvido y termino en la fiabrería a las 6 de la tarde, otras me cocino algo rapidito o como alguna sobra de la heladera.
Camino, donde quiera que esté. Hablo por teléfono dando vueltas de acá para allá, dibujando circulitos, flechas, anotando paciente en mi carpetita con mis tareas que actualizo todas las semanas con las notas diarias.
Orden y disciplina. Revoleo de kilometros. Miles de chequeadas de mail. clima, diarios, blogs, fotos, algun puntodoc donde escribir alguna reflexión pedorra, muchos excels donde llevar las cosas un poco más ordenadas.
Tareas de la casa, regar las plantas, lavar ropa, colgarla, ordenar la vajilla sucia y las bolas de ropa que se juntan a los pies de la cama.
Reuniones. Con empleados, con jefes, con socios, con familia, con proveedores, con clientes, con gremios, con profesionales asesores, con dios y la virgen, con el círculo vicioso.
Yo me pregunto quién llegó? Algún late-tea al vuelo de galletita y mendicrim comentando las novedades, que hable con tal, vi a cual, dice mengano que zutano se peleó con fulano.
A la noche sobrevuelo las cosas, como buscando un punto de atención y cuando me aburro me voy a la cama. Charlamos alguna cosa, hacemos aplanadoras y leo algo que me divierta en la compu o en un libro hasta que me abraza la almohada y me inunda de sopor.

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