viernes, 5 de octubre de 2007

Ingredientes para una fantástica tarde

Recién llegado del trabajo, saque de la heladera un paquete de almacén con fiambre donde se alojan en pila algunas fetas de un límpido jamón cocido y unas slices del más puro fiambrín. Habrá quizás pan del domingo totalmente dispuesto a ser tostado y alegrarle la tarde porque evita tirar comida. Es viernes a la tarde y la música que se pone buena con el pasar de las horas, a pesar de los aguaceros que se sucedieron.

Active la pava eléctrica con poca agua, la suficiente para colmar una taza usada de la mañana y enjuagada ligero. En ella incorpore una cucharada (fullspoon) de café instantáneo batida con una cucharada (al ras) de azúcar. Azúcar de verdad, le aclaro para que no venga después diciendo que se cuida la silueta y que le va a poner fenasteride light para que le crezcan los pelos. Es importante que sea azúcar, porque el batido de la misma, el café y ese fondito de agua del enjuague de la taza hará que cuando usted le vierta el agua caliente (unos 200 cm3), que a propósito en esta instancia seguro ya ha de estar en los primeros hervores, el café espume cual vaso de fernet branca bautizado con bebida cola.

Mientras introduce el pan francés cortado longuitudinalmente en mitades exactas en el electrodoméstico de tostar, observe atentamente por la ventana. Cerciórese de que el tránsito corra fluído por la avenida y que las veredas hayan escurrido. Mire por las dudas hacia las ventanas del contrafrente pues hoy puede ser el día en que vea a alguien en unas de esas ventanas tapadas de cajas de archivo tamaño oficio y caca de miles de años de miles de palomas. Más allá hay cables, chimeneas, antenas y la tarde gris.

Saltan las tostadas. Atención. Este es el momento donde hay que untar ambas caras del pan con el queso crema que se haya impuesto en la guerra de las marcas y las calorías por porción. Tome aire. Respire. Queso crema, dos a tres fetas de fiambrín y una a dos fetas de jamón. Note que la costra del pan tiene ampollas.

Llegó el momento. Se acuerda que en la heladera también tiene Coca light, sírvala y siembre unos hielos en ella.

O sorpresa: En una hendija de del edificio de enfrente ve movimiento. Es la ventana donde se suele ver una impresora en la penumbra. Allí apreciará nítidamente el cuerpo de una mujer, en corpiño. Esta iluminado. Va y vuelve de su vista, pudorosa, como si alguien la estuviese mirando.

El café está exquisito. Los sándwiches son su alimento preferido. La chica se está probando remeras. Se cubre su pecho con una toalla y se suelta los breteles. Es flaca, no tiene senos prominentes. Se sujeta sus tetas en el reflejo de su ventana. Se pone una remera, un abrigo, apaga la luz y se va, queda la impresora en penumbras, como siempre.

Observe que solo debería haber utilizado plato, cuchillo de untar, cuchillo serrucho, taza y vaso. Arrímelos a la pileta de la cocina. Pase el trapo para limpiar las migas. Enjuague.

La lluvia es pésima para estar al aire libre. Pero hoy es viernes.

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