miércoles, 21 de febrero de 2007

Ya lo dijo Fito

En Rosario me esperaban mis fieles amigos con montañas de cervezas en las heladeras de la flor de quinta que alquilaron en Fisherton. Ahí nomás empezó a correr el taximetrero de botellitas que acompañamos por unos fideos salvadores, entre otros aromas.
La noche estaba armada... había que estar temprano en MDM, un bolichazo sacrilego que justo esa noche cumplía años. Garuaba finito en la cola de miles de personas, pero gracias a la magia del mundo del garrón entramos como por un tubo. El tobogán nos dejó en una gran masa femenina para los mil y un gustos. La cantidad, calidad y el alto promedio de mujeres rosarinas es digno de destacar, yo en mi vida vi nada igual. Allí donde uno mirase había un grupete de minas todas lindas sacudiendo buena onda. Era una lástima decidirse por alguna porque las otras podían ponerse celosas.
Entre chingui y chingui, zas... a que no sabés quién tocaba esa noche en vivo... no, es un chiste, me muero acá... Vilma Palma. Motivo suficiente para estar eternamente agradecido.
Tomé conciencia de lo feliz que estaba cuando el Pájaro me cantó Mojada, momento que oportunamente tomé en videotelefonito.
No pude dormir, estaba ansioso de que la vida siga. Me desperté temprano y desde el desayuno nomás cebamos un mate cilíndrico y humeante cebado por un líquido amarillo embotellado en prácticos porroncitos que desfilaban uno tras otro.
En un clima festivo y con un día en el que el sol se abría camino, nos jugamos un fulbete light en el que luego de caerme despatarrado varias veces (dedo gordo derecho hecho morcilla inclusiv), fui figura inconmensurable.
Para que!, cuando salieron esas hamburguesas... con ese pancito, recargadas de quesos y verduras! Bomba. La pileta tenía uno de los mejores diseños que he visto: ese gran escalón plataforma para mojar los piececitos y jugar al lobo marino que encalla.
Toda la tarde fue un continuado de cervezas y pitilines, con profundas y superficiales charlas al solcito del oeste, momentos de sensibilidad incluídos.
Hacia la noche ya había perdido la conciencia. Fuimos a otro boliche de garrón, pero poco me acuerdo de él. Me perdí por caminar ciego entre distintos locatellis bailables y fui abandonado a mi suerte por un mal entendido. Llegue caminando destruído a las 8 de la mañana. Rosario no tiene taxis que trabajen a esas horas.
El domingo fue casi desperdiciado, tenía todas las neuronas empastadas y carecía absolutamente de voz. Otra vez dormí nada. El sol me quemó una de las ultimas ideas que me quedaba.
Y ahora, lo más importante: Amigos míos, les agradezco 3 ceratis y medio la excelente onda que le pusieron.
Cerca, Rosario siempre estuvo cerca.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que VENA que me perdi la despedida (Vilma Palma incluido). Muy buenas las fotolis y el relato del fin de semana
Tommy
ps: cantaron el "El Auto rojo"?

Anónimo dijo...

cualquiera que no hayas invitado a tu amigo pepi. está re triste.

Anónimo dijo...

che, el gordo desubicaado de traje, es bacha? otra cosa, vistelos hits q tiene el video gay ese q pusiste en Youtube? el de los musculitos....