Días largos los del verano. Hacés, hacés y hacés y el día no termina. Llego a mi casa muerto, cagado de calor y de día! Cuando tengo posibilidad de llegar a la computadora para plasmar las treinta y cuatro ideas para post locas que tuve a lo largo de la jornada dificílmente me acuerdo de alguna, y si me acuerdo una, estoy muy cansado como para pensarla divertida, y además me da una tremenda paja escribirla. Si así y todo, siendo masomenos las dos de la mañana, llego a teclearla, seguramente que es un bodrio inconexo y me paso veinte minutos más haciendo retoques que más que pequeños arreglos son burdos parches para tratar de ponerle algo de chispa. Como a veces la onda no viene por las letras, trato desesperado de encontrar alguna imagen que me salve las papas, para lo cual imagino algun collage que pueda hacer en no más de diez minutos. Pero si no se me cae ninguna idea, simplemente me choreo alguna imagen linda que disimule la poca luz que me queda prendida. De lo cansado que estoy, mirando el reloj, decido que ya no son horas de seguir con boludeces y con cero criterio artístico y los parpados entreabiertos con escarbadientes, aprieto lleno de vergüenza el "publicar".
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