lunes, 28 de agosto de 2006

Cosas en el agua 1

Hace unos años ya fue cuando me di cuenta que en materia deportiva a mi me gustaba el agua como medio y me lancé a la conquista de estas actividades:

1) Esquí acuático: empezabamos a tomarle el gusto a la libertad de no tener que ir al colegio 9 horas al día, la facultad era todavía un club de minitas sin uniforme tomando sol en los patios y Matías se compró una lancha para recorrer los canales del delta barrileteandonos detrás con la tablita de turno. Empezamos haciendo par, con dolores de espalda y revolcones por el agua. Tragamos agua a lo pavo aprendiendo a "salir" y dimos vuelta varias veces cuando no salíamos. Del par pasé al mono, bastante mas técnico, atlético y rápido. Eran unos días de sol entre riachos, cervezas, maníes y reggaecitos mientras hablabamos de saltos, tipos de ola y deslizamientos sobre aceite. Pasamos despues al wake-board, que permitía ir más alto y andar más relajado. Fue la lancha tambíen fuente inagotable de flashear minitas, buenos recuerdos que se acabaron cuando se hizo dificil llenarle la barriga de petróleo para que nos saque a pasear.

2) La nieve es agua? Siga... De la mano de Matías tambien aprendí a esquiar masomenos por esa misma época. Mierda que me costó. Golpes, frío, miedo, descontrol, entre la impericia y la ropa de combatiente argentino en Malvinas. Pero cuando le agarré un poco la mano, nadie pudo pararme... el temerario de las pistas (y la nieve onda). Técnica? No, para nada, no es necesario cuando uno tiene talento para deslizarse. Se sucedieron muchos Bariloches que aliviaban las psiquis recalentadas de los años noventa.
Después vinieron los Ushuaias en pareja. La nieve es sinónimo de descanso, ejercicio y velocidad. Ahhh, un día hice snowboard. Fue el día que más enojado estuve conmigo mismo, el día que me dí cuenta que mi rodilla no era de goma, pero el día que disfrute del surf blanco. Cuando me anime vuelvo.

Continuará...

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