miércoles, 20 de septiembre de 2006

Historia del cosito

En la punta del mundo, había un cosito chiquitito, a transistores, que marcaba el ritmo de las olas del mar. Así es como las tortugas instruídas en las escuelas de la Palermo Hollywood del pricipio de siglo, leían el informe mareomotriz de la Armada de Bolivia y así podían saber cuando era el momento indicado de pasar a buscar a quienes estuviesen dispuestos al viaje de sus vidas, el famosísimo escape en tortuga.
El cosito un día se fundió, porque el cositólogo a cargo no le cambió el agua al radiador del cosito, entonces las olas perdieron el ritmo y las tortugas nunca más supieron cual era el momento indicado de pasar a buscar a quienes estuviesen dispuestos al viaje de sus vidas.
Así que sin cosito no había escape en tortuga.
Pero yo estuve metido en el laboratorio muchos años pensando y construyendo un cosito que anda a caca de paloma y ando por las noches por los balcones y las cornisas rasqueteando el mierdeo palomeril, dispuesto a hacer lo posible para que el cosito casero transmita las ondas caconicas a la atmosfera y las olas vuelvan a entrar en ritmo y se dispare toda esta cadena de valor que termina en un paseo del recontracarajo montado en el caparazón de un tortugo que vivía en Pegüajó, pero que ahora anda por ahí.
C'est tout.

1 comentario:

Anónimo dijo...

es que no hay que usar mas tecnologia obsoleta, la onda es todo ecologico. Probaste con un cosito hydroelectrico?