lunes, 30 de octubre de 2006

Como quedó el chalet?

Hay dios mío? Deme dos. Porque resulta que el sábado a la noche mientras se desplomaban del cielo 40 milimetros de lluvia se desenvolvió lo que ha sido definido como "alta fiesta" en la casa del los señores Lola y Pempek.
Fueron unas 150 personas disfrazadas de pesadillas que se congregaron a hacerle el culto al terror, en una clara muestra de invasión cultural del imperialismo yankee. Pero digámosle de otro forma, todos esos disfraces se aglutinaron para festejar el día de todos los santos. Así si te lo puedo tomar como una fiesta tradicional de estas latitudes.
La cuestión es que en el cenit fisteril, los soretes empezaron a caer de punta y claro, los jóvenes alcoholizados no respetan el arcaico grito de la madre rebotando todavía en su pituitaria "no entrés con los pieses embarrados".
Imagínese el lodazal en el toalet.
Al parecer, el dueño de casa no ha salido aún del trance en el que fue inducido, a juzgar por la algarabía que emana de su punta venenosa.
Pero lo importante es que se la pasó lindo. El barro se va, y las experiencias quedan manchadas bien profundas en la moquet.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El chalet quedo hecho un asco... pero que bien la pasamos!!!!!
Creo que es la primera vez en la historia de las fiestas en casas de amigos que sobra el chupi!! Que manera de repartir alcohol a lo loco!!
El domingo con Pempek sacamos un total de 8 bolsas de consorcio de las más grandes, llenas de botellas, porrones , vasos, tapitas y demás cadáveres!
Qué fiestóoooon!!

Anónimo dijo...

Lola, todo mal con vos. Pensé que éramos amigas... A mí no me llegó invitación alguna. Me rompiste el corazón.