jueves, 7 de diciembre de 2006

No te preocupes, peor es casarse

Lista de invitados. La cosa viene más o menos así:
Ague quiere hacer algo razonable para que vayan a nuestro casamiento gente que conozcamos. Mis viejos invitan gente como si se casaran ellos, el evento social de sus vidas. Hace un mes que estamos amasando la lista de invitados y solo falta la de ellos, que se retrasa porque se acumulan las excusas de malos entendidos y caras de culo. Yo en el medio.
Mi mamá me los pasa por teléfono. Me dice apellido de él, apellido de ella, nombre de él, nombre de ella. A sus parejas amigas, él invita a él, ella invita a ella. Me los dice por separado! Tiene 4 listas diferentes.
Madre se emperra que ellos quieren tener tarjeta de participacion para invitar ellos. Ague dice que los unicos que formalmente invitan al casamiento somos nosotros. Mamá está en contra de hacer diseños en las invitaciones (tu padre se muere). Yo que ya tenía una linda idea de historieta para ablandarle un poco el cartón a las invitaciones papafrita que se mandan entre la alta sociedad, me vengo a enterar ahora que hacer de un casamiento LO QUE A UNO SE LE DA LA GANA esta mal visto socialmente, es grasa!
Alguien se da cuenta de que el siglo pasado ya pasó?

Alto. para quedar un poco más clarinete, porque después me dicen que soy un inflexible anarquista nene caprichoso que esta en contra de su cuna social. NO.
Me parece importante que mis viejos devuelvan atenciones a sus congéneres, aunque me toque a mi y a la pobre Aguedita ser los instrumentos. OK. Pasado cierto límite de la racionalidad, (escriba aquí el numero de amigos de sus padres que Ud conoce o que no conoce pero sabe que ellos aprecian), bien pueden ellos hacer su fiesta de aniversario de los 33 años que llevan en feliz matrimonio y dejarme a mi propia fiestita, no?

Porque existen los límites, saben?

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